¿Respeto Yo a mi marido?
La mujer es un ser sensible, sentimental y detallista; a ella Dios no le manda en Su Palabra amar a su marido; porque ella lo ama sin que se le pida y se lo dice y se lo repite continuamente, sin ningún problema.
Sin embargo sí le hace el Señor este llamado al marido; como dice y vemos en el verso de la carta a los Efesios, donde dice al marido que ame a su mujer como a sí mismo, porque el hombre por naturaleza sí se ama a sí mismo.
Pero lo interesante es que a nosotras nos manda que Respetemos a nuestros esposos.
¿Qué pasa?
¿Es que por lo general NO lo respetamos?
¿O somos muy dadas a la falta de Respeto?
Soy una esposa igual que tu, y me encantaría conocer bien cómo puedo mejorar mi actitud hacia mi esposo y respetarle como Dios me manda.
Para esto debo entender un poco de dónde viene la naturaleza de esta palabra.
“Respeto” viene del griego “FOBEO” que significa TEMER.
Se utiliza en voz pasiva ene l Nuevo Testamento.
En Efesios 5:33 habla de un temor reverencial de parte de la mujer hacia su marido.
“Por lo demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete a su marido”.
Respetar a mi marido es tenerle y manifestarle un temor reverencial a su persona, posición que ocupa de líder, cabeza autoridad del hogar, jefe gobernador, ejemplo, pastor familiar, proveedor, protector y amante ideal; en todo tiempo y bajo cualquier circunstancia.
¿Y cómo puedo yo mostrarle a mi esposo un temor reverencial correcto?
Analicemos un poco más; la palabra TEMOR da la idea de un deseo ardiente de obedecer y hacer todo correctamente, para no ser corregido ni recibir amonestación ni disciplina si fallamos.
Y la palabra REVERENCAR, inmediatamente la asocio con los reyes, o personas muy pero muy importantes. Suelo imaginarme ante un gran trono donde hay un rey sentado y yo me postro y me rindo ante él, reconociendo quién es, lo que representa, y mi situación de sumisión y de obediencia ante todo lo que me pida, para cumplirlo con la mejor actitud y desempeño posible, cosa que quede totalmente complacido.
Como suelo hacer en mis escritos, me gustaría compartir algunas ideas prácticas de cómo respetar de forma correcta a nuestros esposos, en situaciones diarias de la vida:
1. Si mi esposo llega malhumorado del trabajo (por el mal día que tuvo) y sube el tono de voz para hablarme por algo que pasó en la casa… no lo tomaré a mal, ni de forma personal, no le responderé; por todos lo medios callaré. Recordaré que las respuestas blandas aplacan la ira, ya habrá oportunidad de hablar con más tranquilidad y se desahogará contándome lo sucedido.
2. Si estoy ocupada trabajando, pero mi esposo me llama… pondré una pausa a mi trabajo o labor que estoy realizando y acudiré a ver lo que le pasa. Así le demostraré que él es lo más importante para mí y que va por arriba de todo.
3. Si le doy un permiso a los niños, y mi esposo llega y cambia la orden… enseño a mis hijos que papi habló y que mami también está bajo su autoridad, por tanto la orden que se efectuará es la que papi dijo.
4. Si estoy ocupada y mi marido comienza a contarme algo… le mostraré toda la atención, miraré a sus ojos y escucharé atentamente lo que me dice. No tendré preparada la respuesta antes de que termine.
5. Si mi marido me requiere y necesita íntimamente… no me negaré nunca, recordaré cual es mi deber como esposa y el mandato de Dios. No será por mi culpa que se irá a buscar a otra, para que lo satisfaga.
6. Si mi marido me llama la atención por algo que he hecho, injustamente…. No me defenderé, dejaré mi causa al Juez justo, al Señor Todopoderoso, dejaré que Dios me defienda y juzgue mi caso, esperaré tranquila, confiada en que el Señor defiende sus hijos de la forma que jamás podríamos hacer nosotras.
7. Respetaré y obedeceré todas sus decisiones y las cumpliré; también se las haré cumplir a nuestros hijos, sin quejas ni murmuraciones.
8. No perderé la oportunidad de decirle cuánto lo admiro y respeto por todo lo que hace por mí y mi familia; por la manera que se esfuerza en trabajar y suplirnos de todo lo necesario, por su atención para mi familia, por su protección, por su cuidado, por ser el pastor familiar (si es creyente).
9. Si estoy con mi grupo de amigas de confianza... no hablaré de mi esposo, ni lo criticaré, ni me burlaré de él y sus costumbres o debilidades íntimas diferentes a las mías.
10. En una reunión de parejas no lo compararé con otro esposo.
11. Nunca hablaré mal de su familia… aunque sea verdad.
12. No me reiré o haré chistes de sus limitaciones frente a otros… lo lastimaría. Proclamaré solo sus buenas cualidades y lo admiraré cada vez que pueda…
¡Si haces esto mi amiga o hermana en Cristo, no te arrepentirás!
Si estás casada fue porque un día tomamos la decisión de unirnos a un hombre para que fuese nuestro compañero, nuestra cabeza, nuestro guía, nuestro sostén, y esto hasta que la muerte nos separe. Por tanto debemos recordar el lugar que Dios le ha puesto y el lugar nuestro como Su ayuda idónea.
El amor y el respeto son las claves de suma importancia para el éxito en el matrimonio. Pero es básico recordar que se deben practicar en cada minuto del día, en la constancia y perseverancia es que podremos ver los resultados anhelados, conforme a la voluntad de Dios.
¿Respeto yo a mi marido?
Si lo he hecho y lo hago, siempre hay oportunidad de mejorar, por amor a mi Señor.
Y si no lo he hecho de la mejor manera, nada mejor que HOY para comenzar.
Si no te puedes sentar a conversar con él… cara a cara; le puedes hacer una cartita dónde con toda sinceridad de tu corazón; no le digas que lo amas pero sí:
1. Dile cuanto lo admiras, y agradeces al Señor que sea tu esposo; que él es un muy apreciable regalo de Dios para tu vida.
2. Que reconoces su arduo trabajo y esfuerzo para proveer para todas tus necesidades y las de tus hijos en todo tiempo.
3. Que le honras y respetas su posición de líder, cabeza del hogar y autoridad máxima y que te sujetarás a él gozosa y confiada; como al Señor.
4. Que quieres ser su Ayuda Idónea, como te manda la Palabra de Dios.
5. Que orarás diariamente para que el Señor los guie a tener un matrimonio que le Glorifique y que pueda ser de testimonio para otros.
¡Anímate!... Te aseguro resultados MARAVILLOSOS…
Por Yoli de Mallén
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