Algunos  viven su día a día tan desprevenidamente, pareciera que no les  interesara ni su futuro y menos, la salvación de sus almas y como han  vivido toda su vida bajo la misericordia de Dios, entonces creen que  todo lo merecen.
El  énfasis del apóstol en este capítulo, es a estar preparados, porque el  dia del Señor vendrá, aunque no lo crean; es la razón por la cual,  nosotros ahora en esta época, no debemos olvidar que desde los profetas  nos ha sido anunciado estos acontecimiento, algunos quizás digan: "!Noo!  eso lo están diciendo desde hacer rato, y nada ha pasado"; la misma  Escritura advierte que mil años delante de Dios, son como un día y un  día, como mil años (Vr.8).
El  apóstol Pedro expresa que quienes opinan así, se les olvida además, que  Dios es el creador y que todo lo hizo por una palabra, y que por una  palabra, el Señor tiene reservados los cielos y la tierra, para el  juicio de los impíos -es lo que dice su Palabra-, estos vienen a ser los  incrédulos, los malvados, y todos aquellos que toman a forma de burla  todas estas profecías.
Advertencias  que hace el apóstol, con el fin de que ninguno se vaya a perder, sino  que todos procedan al arrepentimiento y por ende, a la salvación y vida  eterna; esta es una esperanza que debemos tener viva en nuestro corazón,  por lo cual, debemos ser diligentes y que no haya ni rastros de  iniquidad en nosotros, de esa forma, seamos llenos de la gracia de Dios y  podamos crecer cada día más en el conocimiento de nuestro Padre  celestial.
Ayer  hablábamos de lo delicado que es no tener un estudio asiduo de la  Palabra, pues igual sucede con no meditarla en nuestro corazón,  esperando que Dios nos hable a través de ella. Quizás usted que ahora  lee esta reflexión esté pasando por algún momento de  soledad, o  incredulidad y dudas, le animo a salir de ese estado, no alimente esos  pensamientos, en lugar de ello, busque la Palabra cada día con más  asiduidad, ore y busque la presencia de Dios.
En  ocasiones caemos en un error y es creer que otros deben orar por  nosotros y con eso será  suficiente -no digo que no se deba hacer, o que  sea negativo-, o que quizás nuestro líder debe estar más pendiente de  nosotros, para que nos vaya bien en todo; más la Palabra nos exige:  "puestos nuestros ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe..."  (Hebreos 12:2); es decir, aunque reconozcamos la labor amorosa de  nuestro líder, no dependemos de él, por tanto, no esperemos que él o  ella, que entre otras cosas, son personas como nosotros y que muy  seguramente también estarán teniendo sus propias luchas, este ahí en  todo momento de infelicidad o de temor nuestro.
Oremos  juntos. Amado Dios y Padre Santo, ayúdanos a tener más cuidado de  nuestra vida espiritual, a ser responsables delante de ti y no descuidar  nuestra comunión contigo y la obediencia total a tu Palabra, te lo  rogamos en el Nombre de tu Hijo Jesucristo, amén
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