viernes, 26 de agosto de 2011

LLENOS DE AGRADECIMIENTO



Si alguno ha podido decir que esperó en el Señor pacientemente, fue el rey David, porque cuando uno lee cómo fue la historia de este rey, incluso desde su niñez, comprende que en realidad, Dios lo apartó para grandes cosas.
  
El profeta Samuel fue enviado a su propia casa -la de David-, para ungirlo como rey sobre Israel, siendo aun un adolescente, cuando nadie obviamente, ni siquiera su propio padre -peor- sus hermanos, creían para nada en él, pero así quiso Dios que se hiciera (1 Samuel 16: 10-12), desde entonces, se dieron una serie de acontecimientos mediantes los cuales, el rey David fue afinando su carácter y de igual forma, su amor y confianza en Dios se acrecentó.
  
Por eso dice con tanta vehemencia: "Me sacó del pozo de la desesperación y del lago cenagoso; cuando estamos atravesando dificultades es así como nos sentimos, incluso coloquialmente se dice: "con el agua hasta el cuello"; pero, qué delicia cuando salimos adelante del impase, nos sentimos tan aliviados, y David lo expresa en forma muy gráfica y ponderada: "puso mis pies sobre peña", que elemento más sólido, una peña.
  
Cuando Dios lo pasa a uno al otro lado de ese terrible túnel de desesperación, es entonces cuando vuelven a nosotros los deseos de cantar y de reír, y si miramos atrás, nos maravillamos al reconocer que Dios nos ha hecho tantísimos milagros, que cuando queremos enumerarlos, nos quedamos cortos.
Aprovechemos hoy esta reflexión precisamente para eso, para agradecerle y aprendamos del rey David, cuyo testimonio de vida, Dios ha permitido que quede plasmado en su Palabra, con el fin de que podamos tomar de una experiencia tan humana y aprender de otro ser que como nosotros, cometió muchos errores, pero la diferencia es que tenía un corazón amoroso para con Dios, siempre quería agradarlo y nunca escatimó esfuerzos para buscar una buena relación con el Señor.
  
Oremos juntos. Amado Dios, muchas gracias por tu amor y tu paciencia, por habernos dado esa otra oportunidad y confiar en nosotros, queremos siempre tener un corazón como el de David, para estar prestos a reconocer nuestros pecados y arrepentirnos con sinceridad, buscando siempre tu perdón, tu bendición y tu amistad. Amén.

jueves, 25 de agosto de 2011

Maratónica Agosto 2011

Maratónica Agosto 2011

SERAS BENDICION: Somos responsables de nuestra salvación 2a. de Pe...

SERAS BENDICION:
Somos responsables de nuestra salvación 2a. de Pe...
: Somos responsables de nuestra salvación 2a. de Pedro 3 Algunos viven su día a día tan desprevenidamente, pareciera que no les interesar...

Algunos viven su día a día tan desprevenidamente, pareciera que no les interesara ni su futuro y menos, la salvación de sus almas y como han vivido toda su vida bajo la misericordia de Dios, entonces creen que todo lo merecen.
El énfasis del apóstol en este capítulo, es a estar preparados, porque el dia del Señor vendrá, aunque no lo crean; es la razón por la cual, nosotros ahora en esta época, no debemos olvidar que desde los profetas nos ha sido anunciado estos acontecimiento, algunos quizás digan: "!Noo! eso lo están diciendo desde hacer rato, y nada ha pasado"; la misma Escritura advierte que mil años delante de Dios, son como un día y un día, como mil años (Vr.8).
El apóstol Pedro expresa que quienes opinan así, se les olvida además, que Dios es el creador y que todo lo hizo por una palabra, y que por una palabra, el Señor tiene reservados los cielos y la tierra, para el juicio de los impíos -es lo que dice su Palabra-, estos vienen a ser los incrédulos, los malvados, y todos aquellos que toman a forma de burla todas estas profecías.
Advertencias que hace el apóstol, con el fin de que ninguno se vaya a perder, sino que todos procedan al arrepentimiento y por ende, a la salvación y vida eterna; esta es una esperanza que debemos tener viva en nuestro corazón, por lo cual, debemos ser diligentes y que no haya ni rastros de iniquidad en nosotros, de esa forma, seamos llenos de la gracia de Dios y podamos crecer cada día más en el conocimiento de nuestro Padre celestial.
Ayer hablábamos de lo delicado que es no tener un estudio asiduo de la Palabra, pues igual sucede con no meditarla en nuestro corazón, esperando que Dios nos hable a través de ella. Quizás usted que ahora lee esta reflexión esté pasando por algún momento de  soledad, o incredulidad y dudas, le animo a salir de ese estado, no alimente esos pensamientos, en lugar de ello, busque la Palabra cada día con más asiduidad, ore y busque la presencia de Dios.
En ocasiones caemos en un error y es creer que otros deben orar por nosotros y con eso será  suficiente -no digo que no se deba hacer, o que sea negativo-, o que quizás nuestro líder debe estar más pendiente de nosotros, para que nos vaya bien en todo; más la Palabra nos exige: "puestos nuestros ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe..." (Hebreos 12:2); es decir, aunque reconozcamos la labor amorosa de nuestro líder, no dependemos de él, por tanto, no esperemos que él o ella, que entre otras cosas, son personas como nosotros y que muy seguramente también estarán teniendo sus propias luchas, este ahí en todo momento de infelicidad o de temor nuestro.
Oremos juntos. Amado Dios y Padre Santo, ayúdanos a tener más cuidado de nuestra vida espiritual, a ser responsables delante de ti y no descuidar nuestra comunión contigo y la obediencia total a tu Palabra, te lo rogamos en el Nombre de tu Hijo Jesucristo, amén