PROGRAMA No. 1315
APOCALIPSIS
Capítulo 15:2 - 8
Continuamos hoy, amigo oyente, viajando por el libro de Apocalipsis. Estamos en el capítulo 15, y en nuestro programa anterior observamos el primer versículo, y apenas si logramos poner nuestro pie en el umbral del versículo 2. Las siete copas de la ira nos llevan al fin del período de la Gran Tribulación. Es decir, nos llevan hasta el capítulo 19 de este libro. Ahora, al continuar hoy nuestro estudio, vamos a leer otra vez el versículo 2 de este capítulo 15 de Apocalipsis, que dice:
2Vi también como un mar de vidrio mezclado con fuego; y a los que habían alcanzado la victoria sobre la bestia y su imagen, y su marca y el número de su nombre, en pie sobre el mar de vidrio, con las arpas de Dios. (Ap. 15:2)
Ahora, aquí se habla de un mar de vidrio mezclado con fuego. Esta es la terrible persecución de la bestia durante el período de la Gran Tribulación. Este es aquel período cuando, como ya hemos visto, ningún hombre podía comprar ni vender a no ser que tuviera la marca de la bestia. Va a ser muy difícil obtener cosas para comer en aquel día. Esa es la razón por la cual el Señor Jesucristo dijo, hablando de este período en Su discurso en el Monte de los Olivos: Cualquiera que os diere un vaso de agua en mi nombre. (Mr. 9:41). Amigo oyente, en aquel día cualquier persona que se atreva a dar siquiera un vaso de agua fría a uno de los 144.000 pondrá en peligro su propia vida, porque la bestia le dará muerte por darle refugio a lo que él considera un criminal. Estos son días muy difíciles, y nuevamente hacemos la pregunta: “¿Sobrevivió alguno a este período?” No, a no ser que haya sido sellado. Y las multitudes que no fueron selladas serían los mártires de este período. Y creemos que la mayor parte de los 144.000 entregaron sus vidas por Jesús. Pero ellos van a estar con Él, como ya hemos visto, con el Cordero en el Monte de Sion.
Ahora, vemos en este versículo que ellos salieron victoriosos. No sólo pudieron soportar ese período, sino que salieron victoriosos. Aquí tenemos a los santos de la tribulación, que han pasado a través de los fuegos de la persecución de la tierra, y aún así no han perdido su cántico. Ellos tienen las arpas de Dios, y vamos a ver en los próximos versículos que van a ser capaces de cantar, y cantan.
Ahora nos preguntamos en cuanto a los creyentes de hoy. Nosotros somos hijos de Dios, y no vamos a pasar por esto. Pero, ¿está teniendo usted problemas aun en estos días tratando de evitar que en su corazón haya un poco de amargura, una raíz de amargura? El Apóstol Pablo tenía ese problema. El advirtió a los creyentes que tuvieran cuidado, y que no permitieran esa pequeña raíz de amargura. Y es algo muy fácil de suceder. Quizá esto no tenga ninguna aplicación para usted, pero por cierto que lo tiene para nosotros. El autor de estos estudios bíblicos, el Dr. J. Vernon McGee, contaba que cuando él era un jovencito, él hizo su decisión para estudiar, para prepararse para el ministerio cuando él se entregó a Cristo. Y él esperaba que los creyentes estuvieran de su lado. Bueno, había una familia muy rica cerca de donde él vivía, pero ellos le rechazaron. Él estaba de novio con la hija de la familia, pero ellos no querían a un predicador pobre en su familia. Y él decía que cuando uno es joven, siente que estas cosas le afectan con más intensidad. En realidad que así es. Pero aún hasta años más tarde, él sentía esa pequeña raíz de amargura contra esta clase de personas que lo trataron tan mal en aquella época. Quizá, amigo oyente, usted haya pasado por una experiencia parecida a esta, pero permítanos decirle que esta no es una tribulación. Es un quebrantamiento de corazón. Pero no es una Gran Tribulación. Pero, ¿qué en cuanto a esta pequeña raíz de amargura? ¿Está teniendo usted problemas con esto, amigo oyente? Hay algunos creyentes hoy que permiten que esto arruine sus vidas, y eso causa, en realidad, un deterioro en su vida cristiana y en su testimonio. En cierta ocasión una familia creyente tuvo un problema con otra familia, y en lugar de tratar de olvidarse de esto, permitieron que las raíces de amargura entraran en sus vidas, y cuando uno los ve en la iglesia, ninguno sonríe. Eso puede arruinar su vida cristiana, amigo oyente, pero necesitamos orar hoy para que en las circunstancias de la vida, no crezca la raíz de amargura. Es interesante notar que estos santos de la tribulación que habían pasado a través de la Gran Tribulación, aún tenían un cántico. Ophelia Guyon Browning escribió un poema en cuanto a la oración que dice:
“¿Sin respuesta aún? La fe no puede quedar sin respuesta.
Sus pies están plantados firmemente sobre la roca.
En medio de la tormenta salvaje se mantiene impávida,
Ni se acobarda ante el resonar de los truenos.
Sabe que la omnipotencia ha oído su oración
Y clama: se realizará alguna vez, en algún lugar.
¿Sin respuesta aún? No. No digas que no se ha concedido,
Quizá tu parte aún no se ha realizado completamente.
La obra comenzó cuando tu primera oración tomó voz,
Y Dios concluirá aquello que ha comenzado.
Si continúas quemando allí el incienso,
Su gloria contemplarás, alguna vez, en algún lugar”.
Amigo oyente, en esta vida que usted y yo vivimos en esta tierra, puede entrar un poco de amargura, y ¿qué podemos hacer? Necesitamos orar. Necesitamos orar en cuanto a esto, y creemos que debemos hacerlo más que por cualquier otra cosa. Estos santos han pasado a través de la Gran Tribulación y aún pueden cantar. Y amigo oyente, usted y yo quizá no lo podemos hacer con mucha habilidad, pero puede tener un cántico en su corazón, y debería estar allí a pesar de las circunstancias. El Salmista nos dice en el Salmo 30, versículo 5: Porque un momento será su ira, pero su favor dura toda la vida. Por la noche durará el lloro, y a la mañana vendrá la alegría.
Hemos aprendido esto al pasar de los años, que Dios nunca permite que nadie cruce su camino, aun un enemigo, sin que eso le enseñe a usted una lección. Él ha permitido eso con algún propósito, para el desarrollo de su carácter. Necesitamos estar en oración hoy para no caer en esa trampa de perder nuestro gozo de la salvación. Continuando ahora con este capítulo 15 de Apocalipsis, leamos los versículos 3 y 4:
3Y cantan el cántico de Moisés siervo de Dios, y el cántico del Cordero, diciendo: Grandes y maravillosas son tus obras, Señor Dios Todopoderoso; justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los santos. 4¿Quién no te temerá, oh Señor, y glorificará tu nombre? pues sólo tú eres santo; por lo cual todas las naciones vendrán y te adorarán, porque tus juicios se han manifestado. (Ap. 15:3-4)
Si usted quiere aprender este cántico de Moisés, lo encontrará en el libro de Éxodo, capítulo 15, versículos 1 al 21; y también en Deuteronomio, capítulo 32, versículos 1 al 43. Ambos cánticos hablan de la libertad de Dios, de la salvación y de la fidelidad.
El cántico del Cordero es la atribución de alabanza a Cristo como redentor, y ya hemos visto esto en este libro de Apocalipsis, capítulo 5, versículos 9 al 12. No vamos a ver estos otros cánticos. Pero nuevamente debemos señalar el hecho, amigo oyente, de que el libro de Apocalipsis es Cristo céntrico. Quiere decir que está centrado en Cristo. No permita que los cuatro jinetes lo aparten de esa visión. Hay demasiado de esto hoy, hay personas que se interesan en eso, y en el tocar de las trompetas, y en los 7 personajes de los cuales ya hemos hablado, y nos interesamos mucho en eso. Y también podemos interesarnos en estas 7 copas. Pero no hagamos eso, amigo oyente. Mantengamos nuestros ojos centrados en Cristo. Él está a cargo de todo. Él es el Señor aquí; y en este libro, tenemos la revelación de Jesucristo en Su santidad, en Su poder, y en Su gloria. Eso es algo que necesitamos saber nosotros. ¡Ah, Cristo Jesus Hombre, es maravilloso! Él es Aquel que puede poner Su mano en la mano de Dios, y poner Su mano en la mano del hombre. Y la única razón por la cual Él puede poner Su mano en Dios es porque Él es Dios.
Ahora, Él es llamado aquí: “Rey de los santos”. Puede ser llamado también “Rey de las edades, Rey de las naciones”. Cualquier retórica indica que Cristo será el objeto de la adoración universal y del reconocimiento universal. No habrá ningún lugar donde Él no sea adorado en esta tierra.
Y luego dice: ¿Quién no te temerá, oh Señor, y glorificará tu nombre. En nuestro día existe muy poco temor reverencial de Dios, aun entre los creyentes. A veces estamos tan envueltos en este asunto de que Dios es amor, – y por supuesto que no debemos perder de vista esto – Dios es amor; pero Dios también es luz, y eso indica que Dios es santo. Y Dios está actuando en las iglesias y tratando con los creyentes de una manera que no tiene igual. Y nosotros podemos testificar de eso. Y si usted es un hijo de Dios, amigo oyente, es mejor que no actúe como le plazca. Si usted cree que Dios no va a mandarle algo de problemas o dificultades, usted está equivocado. Dios tiene que ser temido. Nuestro Dios es un Dios santo.
Luego dice: Por lo cual todas las naciones vendrán y te adorarán. Llegará el día cuando las naciones vendrán, y entonces le adorarán Eso no es una realidad hoy. Hay personas que dicen que hay algunos creyentes que viven en una nación cristiana. Pero eso es una insensatez. Ninguno está hoy en una nación cristiana. Pero llegará un día cuando toda nación le adorará. Este conocimiento nos da ánimo al ver nuestras naciones dirigiéndose en un camino equivocado. Pero llegará un día. Es decir, que Dios quitará a los hombres rebeldes y sólo dejará a aquellos que le adoren. En el Salmo 2, versículo 8, se nos dice: Pídeme, y te daré por herencia las naciones, y como posesión tuya los confines de la tierra. Ellas van a ser de Él. Y luego, en Isaías, capítulo 11 y versículo 9, dice: No harán mal ni dañarán en todo mi santo monte; porque la tierra será llena del conocimiento de Jehová, como las aguas cubren el mar. No habrá necesidad, entonces, para tener un programa radial como este de “A Través de la Biblia”, o de cualquiera de los otros programas radiales que existe. Porque los hombres van a saber, van a conocer, van a tener un conocimiento de Dios. El profeta Jeremías, dice en el capítulo 23 de su libro, versículo 5: He aquí que vienen días, dice Jehová, en que levantaré a David renuevo justo, y reinará como Rey, el cual será dichoso, y hará juicio y justicia en la tierra.
En el día de hoy hasta causa náusea el observar el escándalo y la inmoralidad, el ver la impiedad, la injusticia que existe en este mundo. Si nosotros no fuéramos creyentes, quizá llegaríamos a ser una de las personas más radicales que se haya conocido, pero somos hijos de Dios, y vemos todo esto en el mundo; y sabemos que no lo podemos remediar, no podemos hacer nada, porque Él es quien reinará algún día. Él llegará a ejecutar juicio y justicia sobre esta tierra. Y gracias a Dios por esto. Es cansador escuchar a los políticos que nos prometen que nos van a representar ante el gobierno, y que van a hacer allí lo que nosotros queremos que hagan, pero cuando llegan a ese lugar, de lo único que se preocupan es hacer cosas para ellos mismos, y se olvidan de nosotros. Amigo oyente, esta es una gran inmoralidad, una gran injusticia hoy. ¿Y qué puede uno hacer? Bueno, el pueblo de Dios necesita orar por su propio país. Pero llegará alguien que hará juicio y justicia en la tierra.
El Apóstol Pablo en su epístola a los Filipenses, capítulo 2, versículos 9 al 11, dice: Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.
Ellos no le van a reconocer a Él como su Redentor. Pero van a reconocerle como el que está a cargo de todas las cosas. Este es Su universo. Y ellos van a tener que reconocer la gloria de Dios.
Luego, volviendo a Apocalipsis, versículo 4 de este capítulo 15 que estamos estudiando, vemos que dice: Porque tus juicios se han manifestado. Esto proviene de los labios de aquellos que han pasado a través de la Gran Tribulación. Este testimonio de personas que han pasado a través de este período es algo impresionante. Y debería convencer a los creyentes que Dios está en lo justo en todo lo que hace. Quizá no le parezca así a usted, amigo oyente. Si a usted no le parece que Dios es justo en lo que hace, pues, permítame decirle que usted está equivocado, no es Dios quien está equivocado. Necesitamos acomodar nuestra actitud a Su forma de pensar. El Salmo 7, versículo 9, nos dice: Fenezca ahora la maldad de los inicuos, mas establece tú al justo; porque el Dios justo prueba la mente y el corazón. Y el Salmo 11, versículo 7 dice: Porque Jehová es justo, y ama la justicia; el hombre recto mirará su rostro. Luego, en el Salmo 107, leemos los versículos 1, 40 y 42, dicen: Alabad a Jehová, porque él es bueno; porque para siempre es Su misericordia. Él esparce menosprecio sobre los príncipes, y les hace andar perdidos, vagabundos y sin camino. Véanlo los rectos, y alégrense, y todos los malos cierren su boca. Es decir cuando Dios se encargue de todas las cosas.
Bien, volviendo ahora a Apocalipsis, veamos lo que nos dicen los versículos 5 y 6 de este capítulo 15:
5Después de estas cosas miré, y he aquí fue abierto en el cielo el templo del tabernáculo del testimonio; 6y del templo salieron los siete ángeles que tenían las siete plagas, vestidos de lino limpio y resplandeciente, y ceñidos alrededor del pecho con cintos de oro. (Ap. 15:5-6)
En el libro de Apocalipsis, se hace referencia al templo 15 veces. Su prominencia no se puede ignorar por cierto. En la primera parte de Apocalipsis, hasta el capítulo 3, es la iglesia. ¡No hay templo! De allí en adelante, tenemos una escena en el cielo, y el templo se abre en el cielo, y también hay un templo en la tierra, hecho según el modelo del que está en el cielo.
Ahora, no hay ningún templo en la Nueva Jerusalén, a donde va a ir la iglesia. Allí no hay templo. ¿Por qué? Porque la iglesia no está identificada con el templo. Esto debería decirnos algo cuando vemos que Él está tratando con la gente que ha tenido un templo. Y sólo conocemos un pueblo que ha recibido un templo de parte de Dios, según el modelo que está en el cielo.
Aquí tenemos una referencia específica al tabernáculo en el lugar santísimo donde se guardaba el arca del testimonio. En el arca se encontraban las tablas de la ley. El tabernáculo y la piedra de la ley eran duplicados del original en el cielo. Los originales ya se han mencionado en Apocalipsis, capítulo 11, versículo 19. La acción de Dios aquí está basada en la violación de Su pacto con Israel, la ley que ha sido quebrantada. Dios es justo en lo que Él va a hacer. Él juzgará. Y luego Él llevará a cabo Su pacto con Israel.
Así es que la importancia de los ángeles en este libro es destacada para nuestra atención, por medio de la aparición de estos ángeles, en este punto en particular. Previamente, 7 ángeles habían tocado 7 trompetas. Aquí en esta nueva serie de 7, esos ángeles tienen las 7 últimas plagas y las 7 copas de la ira de Dios. Su separación del templo demuestra que se han separado del propiciatorio, y ahora Dios está actuando en justicia y no en misericordia. Ellos están vestidos de lino. Un significado es piedras preciosas. Aparentemente sus vestidos estaban decorados con piedras preciosas. Este parece ser el cuadro. Los cintos de oro revelan que ellos están con la vestidura de Cristo, quien ya no está ejerciendo más su función sacerdotal, sino que ahora se le ve aquí juzgando al mundo. Leamos los versículos 7 y 8 ahora:
7Y uno de los cuatro seres vivientes dio a los siete ángeles siete copas de oro, llenas de la ira de Dios, que vive por los siglos de los siglos. 8Y el templo se llenó de humo por la gloria de Dios, y por su poder; y nadie podía entrar en el templo hasta que se hubiesen cumplido las siete plagas de los siete ángeles. (Ap. 15:7-8)
Aquí tenemos estas 7 copas de oro, y al concluir nuestro programa de hoy, quisiéramos decir algo en cuanto al número 7, y se ha repetido una y otra vez. A veces escuchamos a personas que dicen que el número 7 es el número de la perfección. Pero eso no está del todo correcto. Es el número de plenitud, de lo completo, y a veces el número de lo completo es perfecto. Dios creó los cielos y la tierra en 6 días. Él descansó en el día séptimo no sólo porque ya estaba completo, sino porque era perfecto. Pero aquí, estas series de sietes demuestran que es una serie que completa algo, así que nosotros pensamos que aquí tenemos la historia completa de la iglesia en las siete iglesias que se presentan. Tenemos el período completo de la Gran Tribulación en cada una de las series de sietes. Es decir que lo cubre todo. En primer lugar, tenemos en los 7 sellos un esquema general. Luego al avanzar, Dios enfoca los últimos tres años y medio. Y amigo oyente, veremos en nuestro próximo programa el derramamiento de las copas de la ira de Dios, y esto no es algo agradable.
Si usted dice que la iglesia va a pasar a través de todo esto, entonces está haciendo una declaración muy extraña para la gente que ha sido redimida ya por la sangre de Cristo. Será entonces, hasta nuestro próximo programa, es nuestra oración ¡que Dios rodee su vida de las ricas bendiciones del cielo!
© 2013 A Través de la Biblia